CINES ART DECO DE LA HABANA (II)
Por: Lázaro Sarmiento
Por: Lázaro Sarmiento
Cine teatro Fausto. Paseo del Prado no. 201 esquina a Colón. La Habana. Fecha de construcción: 1938. Una de las más volumétricas expresiones del Art Deco en la capital cubana
Es un edificio que intenta mantener su viejo glamour. Fantasmas de este cine (ver listado).Capacidad: 1669 butacas.
Es un edificio que intenta mantener su viejo glamour. Fantasmas de este cine (ver listado).Capacidad: 1669 butacas.
“El cine Fausto, fatal en el futuro, era entonces un cine que estrenaba solamente un tipo de películas que Rubén parecía preferir, muestras de lo que años después y en otras culturas se llamó el cine negro, que yo disfrutaba sin saber que al mismo tiempo alimentaba lo que luego sería mi nostalgia, enamorándome de las sombras de Gail Russell, con sus inolvidables ojos verdes…” (Guillermo Cabrera Infante en La Habana para un infante difunto)
Hace años dejó de proyecta películas. En la actualidad presenta obras de teatro de corte humorístico y espectáculos variados con gran éxito de público.
Sobre el Fausto, el crítico Alejandro G. Alonso señala en el libro La Habana Deco: “En una zona de buenas casas eclécticas, su fachada de puro arte moderno rompía de manera muy elegante con las edificaciones vecinas, aún cuando respetara las disposiciones municipales de construir portales para el tránsito peatonal. Ventajas técnicas y comodidades hicieron de esta construcción algo de muy especial interés. Por ejemplo, fue el primero que tuvo aire acondicionado en la ciudad; sus muros disponían de una separación interna para impedir que el ruido exterior molestara; y el frente, tras los tubos metálicas que aún conserva, ocultaba fuentes de luz neón que producían efectos cromáticos…”
El edificio recibió en 1941 la Medalla de Oro del Colegio de Arquitectos de La Habana.
Fantasmas de este cine:” Alan Ladd, Verónica Lake, Priscilla Lane, Anne Sheridan, Joan Leslie, Brenda Marshall, Ida Lupino y la falsa y fatal Mary Astor:un amor en cada parte.” Actrices todas que encandilaron los ojos del niño Cabrera Infante en sus primeros años en La Habana.