Por: Lázaro Sarmiento
No soy nada promiscuo, simplemente carezco de la energía necesaria para ello, le dijo con deslenguada franqueza Truman Capote al periodista y novelista Lawrence Grobel durante una de las muchas conversaciones que ambos sostuvieron entre junio de 1982 y agosto de 1984. Esos encuentros dieron por resultado el libro Conversaciones íntimas con Truman Capote, publicado en 1985, al año siguiente de su muerte. Hoy volví a releer algunos capítulos. Y aunque parece que ya no queda nada por decir del autor de Música para camaleones, los libros de entrevistas crean un cómodo y ficticio sentido de apropiación de la intimidad del protagonista que hace recicable su lectura.
Truman afirma a su entrevistador que solo había tenido cuatro grandes historias de amor y una de ellas plena, para toda la vida. Se refería a su relación de más de 35 años con el escritor Jack Dunphy. Ya en unas declaraciones anteriores en la revista Interview, Capote había dicho:
“No hay nadie en el mundo que no se pueda conquistar si uno se concentra de verdad en ello, si realmente se le quiere conseguir. Hay que quererlo con exclusión de todo lo demás. Así es que como conquisté al novelista Jack Dunphy. Todo el mundo decía que no lo lograría; estaba casado con juna chica extraordinaria, Joan McCracken, que también me gustaba, y mucho. Pero yo estaba decidido. Me concentré en ello con exclusión de todo lo demás. Resultó una cosa excelente en todos los aspectos…En cualquier relación que se tenga, con un hombre o una mujer, hay que hacer muy atento y crear una buena amistad…Si uno no puede ser amigo de su amante, hay que olvidarlo. No dará buen resultado”.
Por su parte, Jack Dunphy contó en una ocasión:
“Truman y yo nunca estuvimos juntos – no juntos como la mayoría de las parejas. Esa cercanía nos habría matado. Soñábamos con habitar lugares distintos del que ocupábamos, como los niños que necesitan huir de su niñez, tan salvaje, tan intensa…”
Jack Dunphy murió en 1992.
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No soy nada promiscuo, simplemente carezco de la energía necesaria para ello, le dijo con deslenguada franqueza Truman Capote al periodista y novelista Lawrence Grobel durante una de las muchas conversaciones que ambos sostuvieron entre junio de 1982 y agosto de 1984. Esos encuentros dieron por resultado el libro Conversaciones íntimas con Truman Capote, publicado en 1985, al año siguiente de su muerte. Hoy volví a releer algunos capítulos. Y aunque parece que ya no queda nada por decir del autor de Música para camaleones, los libros de entrevistas crean un cómodo y ficticio sentido de apropiación de la intimidad del protagonista que hace recicable su lectura.
Truman afirma a su entrevistador que solo había tenido cuatro grandes historias de amor y una de ellas plena, para toda la vida. Se refería a su relación de más de 35 años con el escritor Jack Dunphy. Ya en unas declaraciones anteriores en la revista Interview, Capote había dicho:
“No hay nadie en el mundo que no se pueda conquistar si uno se concentra de verdad en ello, si realmente se le quiere conseguir. Hay que quererlo con exclusión de todo lo demás. Así es que como conquisté al novelista Jack Dunphy. Todo el mundo decía que no lo lograría; estaba casado con juna chica extraordinaria, Joan McCracken, que también me gustaba, y mucho. Pero yo estaba decidido. Me concentré en ello con exclusión de todo lo demás. Resultó una cosa excelente en todos los aspectos…En cualquier relación que se tenga, con un hombre o una mujer, hay que hacer muy atento y crear una buena amistad…Si uno no puede ser amigo de su amante, hay que olvidarlo. No dará buen resultado”.
Por su parte, Jack Dunphy contó en una ocasión:
“Truman y yo nunca estuvimos juntos – no juntos como la mayoría de las parejas. Esa cercanía nos habría matado. Soñábamos con habitar lugares distintos del que ocupábamos, como los niños que necesitan huir de su niñez, tan salvaje, tan intensa…”
Jack Dunphy murió en 1992.
Música para camaleones ha sido uno de los libros que más me han marcado. Recuerdo que lo leía y tenía la sensación de ir descubriendo algo nuevo y maravilloso, una nueva manera de escribir. Ahí tuve por primera vez certeza de la marca de un estilo.
ResponderEliminarLázaro, creo que no te he dicho que me gusta mucho tu blog. Es bueno saber que compartimos tantos gustos... Un abrazo
Truman...si ahun viviera, no seria este mundo tan aburrido..algun dia llevare flores a su tumba,le hablare de ti,de yuris y de otros mas.gracias por referirnos el libro.siempre es muy grato leer tu blog,lo sigo desde que lo descubri.FM
ResponderEliminarEsa foto me recuerda a alguien a quien quiero mucho ,alguien muy menudito ,rubito y mas pequeñito que las malangas ,pero grande a la hora de escribir.Felix
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