martes, 27 de abril de 2010
SER HOMBRE ES UN TRABAJO MUY DURO.
Por: Lázaro Sarmiento
La frase puede tener diferentes interpretaciones y su interés variar según la estatura del autor, o el mundo interior de quien la escucha. La frase se la dijo un día Ernest Hemingway a su hijo Gregory. Éste la citó mucho tiempo después, a fines de la década del noventa, durante la entrevista que en La Habana le hizo el periodista Armando Chávez, quien luego la incluyó en el libro Rescate del tiempo (Letras Cubanas, 2000).
Chávez:
El crítico europeo que más conoce la literatura de Hemingway, el francés Roger Asselineau, cree que él, como los gatos, parecía ocultar algo. ¿Usted cree que era homosexual?
Gregory:
"Yo no creo que haya sido haya sido homosexual, sentía una gran atracción por las mujeres, pero sí tenía un gran miedo a sentirse homosexual. Él estaba muy preocupado con la masculinidad. Un día me dijo que ser hombre era un trabajo muy duro.
Creo que todo fue ocasionado por la madre. Ella lo vistió como a una niña hasta los cinco años de edad, durante una etapa en que se arraigan características sexuales. Él siempre la odió mucho, aunque explícitamente sólo la culpaba por el fracaso y el suicidio de su padre, Clarence Edmund Hemingway.
Todo eso es ahora muy difícil de explicar, y en aquellos tiempos, yo no conocía a (Sigmund) Freud."
Antes, en la misma entrevista, Gregory Hemingway había dicho que parece que su padre cada día se levantaba con la urgencia de probar que era un hombre. “Esa necesidad lo llevó a practicar deportes, caza, pesca, tauromaquia. Creo que bebía tanto para no soñar con ese conflicto”.
En el Hotel Ambos Mundos, en la calle Obispo, en La Habana Vieja, se conserva la habitación de apenas dieciséis metros cuadrados, donde Ernest Hemingway “vivió en 1928 sus primeras cuarenta y ocho horas en Cuba”.
OTROS TEXTOS SOBRE HEMINGWAY:
HEMINGWAY Y SU AMANTE HABANERA.
UNA AMISTAD EN LA HABANA: HEMINGWAY Y CAMPOAMOR.
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Lázaro, tuve un amigo escritor y especialista en teatro español mucho mayor que yo, de origen cubano pero naturalizado español por muchos años, quien en una conversación, antes de su fallecimiento en 2001, me narró hechos de su vida privada, que involucraban a Nat King Cole y a Ernest Hemingway, por separado, pero al mismo tenor. Afirmaba este amigo que Hemingway tuvo aventuras con hombres tanto en La Habana, como en Madrid y París, aunque efectivamente mostraba un temor casi patológico a parecer o ser identificado como homosexual. El título de tu escrito, sin embargo, trae a mi mente otra cita célebre por un personaje tanto o más célebre aún que la cita y que Hemingway: la actriz norteamericana Bette Davis. Cuentan que durante una entrevista, ya en la cincuentena, un periodista le preguntó qué pensaba de la edad, a lo que ella, rápida y sin titubeos, con su voz y gesto característicos respondió: "Getting old ain't for sissies..." ("ponerse viejo no es para cobardes"). Ambas frases encierran dos categóricas y enigmáticas verdades, sobre todo, si éstas convergen: Ser hombre es un trabajo muy duro, y ponerse viejo, también. Sobre todo, si se es homosexual, vanidoso y fanático de Rosita Fornés... Abrazos y que Dios nos dé fuerzas para enfrentar la catástrofe de los años, como decía la difunta María Félix.
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