miércoles, 11 de marzo de 2009


Leo Brouwer: Cultura es saber comprender.


Resulta gráfica, atractiva y actual la noción de cultura ofrecida por el compositor, guitarrista y director de orquesta Leo Brouwer en la entrevista que Pedro de la Hoz le hizo para el libro Como el primer día (Letras Cubanas, 2008). El maestro Brouwer expresa sobre la cultura…



“Es un paisaje infinito, de interrelaciones, abierto a miles de ojos y transmitido por múltiples ventanas. Siento que el país, a cincuenta años de la Revolución, está haciendo un esfuerzo enorme por potenciar la creatividad, que no es sólo hacer artistas sino enseñar a disfrutar el arte. Pero insisto: La cultura cubana es Martí, es Carpentier y sus novelas, Guillén y su poesía; es Lam y Ponce, es Nelson Domínguez y Ernesto Rancaño, y es Chucho y Formell, la rumba y la manera de caminar de los cubanos. Es información procesada, decantada. No simplemente información. No lo que la televisión, aquí o allá, nos muestra. No las cápsulas sumarias de los medios digitales. Cultura es saber comprender”.

En una ocasión anterior, Leo había dicho: “Aunque mis pies hayan estado rodando por el mundo mi pensamiento está nutrido de la cultura cubana”. Este es un mes de homenajes para el artista de la Isla que la crítica especializada considera como uno de los mejores músicos del mundo y el mejor compositor vivo para guitarra. El pasado 1ro de marzo, Leo Brouwer cumplió 70 años de edad.










Martí ,acrílico s/ madera, 2008. Autor Ernesto Rancaño (Cuba)

martes, 10 de marzo de 2009

Glamour.
Por: Lázaro Sarmiento

La muchacha ignora el significado de la palabra. La madre le dice que lo busque en Internet. Con resignación asume el hecho de que su hija nunca tendrá glamour.

Glamour.
1. m. Encanto sensual que fascina. (Real Academia Española © Todos los derechos reservados)



“Glamour, dijo el cineasta Josef Von Sternberg, es el resultado de los claroscuros, el juego de las luces sobre el paisaje del rostro, el uso de lo circundante a través de la composición, a través del aura del cabello y la creación de sombras misteriosas en los ojos”. (Carlos Monsivais)





“Ava Gardner no fue una actriz –cualquier mujer puede serlo si se empeña-, sino una estrella. Parecía, no la belleza que pasa, sino la belleza detenida para que podamos verla veinticuatro veces cada segundo, lo que dura una eternidad en el cine.” (Guillermo Cabrera Infante)


“Glamour. Fue la palabra que, sin conocerla, vino a poner luces en mi vida”. (Terenci Moix)

“Entre todas las actrices suecas ninguna, ni siquiera Ingrid Bergman, se acerca a Greta Garbo en esa combinación de belleza y misterio”. (Guillermo Cabrera Infante)


domingo, 8 de marzo de 2009

Nacidas para iconos.
Por: Lázaro Sarmiento

Iconos. Para usar un término cuya pronunciación está de moda decir de dos maneras, los rostros de las actrices de Lucía son iconos del cine cubano de la Revolución. Rotundos y familiares durante más de cuarenta años. A esa visualidad histórica ha contribuido el cartel que Raúl Martínez diseñó en 1968 para el estreno de esta cinta del ICAIC.

Humberto Solás caminaba desde el Parque Central de La Habana hasta su casa y en el trayecto le sobrevino a la mente de manera muy borrosa una película de tres cuentos, con tres personajes.Luego, a la caída de la tarde, sentado en un sillón, comenzó a ver con más claridad la película, tal como un milagro, una revelación .

En el documental Memorias de Lucía (2003), Humberto Solás le contó al cineasta Carlos Barba: “Yo sí tenía el casting en la mente. Sabía que Raquel Revuelta iba a ser la protagonista del primer cuento. Eslinda Nuñez la del segundo y Adela Legrá la del tercero. Si es cierto que existe el destino y podemos desarrollar una voluntad determinista, creo que tanto ellas como yo nacimos parea hacer esta película…”

El pintor y diseñador Raúl Martínez, autor del cartel de Lucía, nació en Ciego de Ávila en 1927 y murió en La Habana en 1995. Maestro de la plástica cubana, está considerado “un creador del arte nuevo para los tiempos nuevos”. Fue la figura cubana más importante del Pop Art. Premio Nacional de Artes Plásticas 1995 , otorgado por primera vez.


Gómez en los pisos de La Habana.

Estas letras G y M probablemente sean las iniciales de mayor tamaño dibujadas en los pisos de edificios y aceras de La Habana: Manzana de Gómez. Las fachadas del enorme inmueble de oficinas y establecimientos comerciales limitan con Neptuno, San Rafael, Monserrate y Zulueta, frente al Parque Central. Se construyó aproximadamente entre 1916 y 1918. Fue una de las más grandes obras levantadas en su época. Las letras en el piso de granito corresponden a las iniciales de su propietario: la Familia Gómez Mena.

Del libro 1898:1921: La transformación de La Habana a través de la arquitectura (Letras Cubanas, La Habana, 1993), de la historiadora del arte Lilian Llanes, tomé los
siguientes datos:

-La Manzana de Gómez era una especie de Bolsa donde se ofrecían valores de todas clases, que pertenecía a la extensa familia Gómez Mena: María Luisa, Alfonso, Andrés y José, hijos de su fundador, Andrés Gómez Mena.

-No se conoce la fecha exacta en que se inició su construcción, pero ya en 1917 se había construido el cuerpo del edificio y en 1919 estaba terminado en su totalidad. Se empleó la técnica del hormigón armado.

-Tenía unos 570 departamentos y 8 elevadores.

-Se anunció en la época que el costo del edificio no bajaría de un millón y medio de pesos y que albergaría una población flotante de veinticinco mil personas diarias.

En las últimas décadas, miles de cubanos han estudiado en la Manzana de Gómez ya que muchas de las antiguas oficinas se adaptaron como aulas para distintos tipos de enseñanza.
Fotos: Alfredo Zamora. 07.03.09

viernes, 6 de marzo de 2009

LUGARES DONDE FUIMOS FELICES.


Por: Lázaro Sarmiento

Barrio de Santos Suárez en La Habana. Sus calles de bordes vegetales, sus cines confortables, sus heladerías dominicales y, sobre todo, los portales donde la gente se sentaba a ver la vida pasar, son parte de los recuerdos entrañables de mi adolescencia y juventud.

Yo vivía en Luyanó pero todos los días cruzaba la Calzada de 10 de Octubre para ir hasta la casa de mi abuela en la calle Estrada Palma. Ella, al igual que casi todas las abuelas, era como la gallina con los pollitos y le gustaba tener a sus nietos bajo su saya plisada que, por cierto, era su prenda preferida.

Niágara, Santa Catalina, Aguayo, Los Ángeles , Tropicream… Ciertas fachadas, cafeterías, esquinas, jardines y hasta la puerta de un garaje en este barrio, fueron escenarios de días luminosos, de imberbes filosofías y de sacudidas eróticas. Luego vinieron los paseos inteligentes (a la sombra de los flamboyanes) y las primeras citas en paradas de ómnibus que entonces me parecían las más importantes del mundo . También la lealtad, las despedidas, los amigos, las conversaciones en los parques…

Hoy volví a recorrer la calle Estrada Palma de Santos Suárez. No encontré a ninguna de las personas que hace veinte años yo veía sentadas en los portales o asomadas en las ventanas. Estos escenarios donde muchas veces fui feliz habían dejado de ser míos para siempre.

Casa de la pintora Amelia Peláez (1896-1968). Calle Estrada Palma, Santos Suárez.

El famoso colegio Aguayo en la calle Estrada Palma, Santos Suárez.

La casita de madera de la calle Estrada Palma.

Cine Mara. Calle Juan Delgado. Remodelada por el ICAIC, esta sala llegó a tener un bar en la platea desde el cual se podían ver filmes como Fantomas.


Estrada Palma 413 . En la casa de arriba vivía mi abuela. En 1991 permutó de aquí.
ecoestadistica.com