jueves, 21 de agosto de 2008


ALABANZAS A LOS PIES.
Por: Lázaro Sarmiento
He encontrado en una de mis viejas libretas de apuntes ciertas anotaciones sobre los pies que comparto con los lectores de este blog.

Ninguna parte del cuerpo está tan cerca de la grandeza como los pies. El amor, la muerte, la gloria, la hombría siempre terminan arrojados a los pies de los héroes o de los victimarios.

Isadora Duncan decía que la bailarina debía moverse como una luz, “posarse en la tierra con la naturalidad de un rayo de luz”.

A lo que en una ocasión añadió Dulce María Loynaz : “Es decir , no debe tener pies, porque la luz no los tiene, y si los tiene, a pesar del precepto, debe olvidarse de ellos, portarse como si no los tuviera

“Pero cómo puede olvidarse una bailarina de sus pies cuando ellos son el tallo que la sostiene en el aire, el hilo que la suspende entre el cielo y la tierra, Ha de olvidarlo, sin embargo; y ha de olvidar también todo lo que persiste en ella como atadura física, su traje, su belleza, hasta su propio rostro”.

Más de la libreta de apuntes:

Como si debajo existiera un planeta subterráneo que alimentara con una vida secreta aquella multitud de pies, a cada uno, una energía diferente.


miércoles, 20 de agosto de 2008

DOS ANCIANOS EN LA FRONTERA.






Ojalá mi cámara tuviera el ojo fabulador de Nan Goldin para lograr la visualidad justa de esta pareja. Pero termino conformándome con seguir sus pasos durante un par de cuadras en su obstinación casi ortopédica de figurar en el paisaje de París.

lunes, 18 de agosto de 2008

CARLOS ACOSTA: Estrella de la danza y escritor.


Por: Lázaro Sarmiento



Está considerado en la actualidad el más grande bailarín del mundo. Demostró que un príncipe del ballet podía ser negro. En Londres lo adoran como un dios. A fines de año las compañías cinematográficas Universal y Phaté comenzarán a rodar una película sobre su vida. En mayo recibirá el importante Premio Benois de la Danza.

Carlos Acosta no sólo es una estrella universal de la danza, es también el autor de un libro que ha tenido una exitosa acogida en varios países, atributo excepcional para un bailarín en cualquier época. Ha escrito la historia de su vida con el título “No way home”. Esta biografía, publicada en 2007 por Harper Press, posiblemente se edite en Cuba el próximo año.


En declaraciones para el diario Granma de La Habana, confesó:” “Ahora estoy muy entusiasmado porque se va a publicar aquí y puedo compartir esa experiencia con mi pueblo.” Y añade”: Estoy trabajando también en el guión para hacer la película, que se empezará a filmar en noviembre o diciembre aquí en Cuba”

Comenzó a escribir su biografía en 1998 con anotaciones a mano. Luego se compró una computadora y se metió de lleno en la literatura. Leyó desde Hermann Hesse, García Márquez, Rulfo, Borges y Cabrera Infante, hasta Pedro Juan Gutiérrez y Wendy Guerra." Y según el propio Carlos ha explicado, “empezó a entender cómo contar una historia, en qué consiste el factor sorpresa, y cómo hacer para que la escritura fuera lo menos predecible. "En el futuro quiere probarse como escritor de ficción y en alguna entrevista ya ha adelantando un proyecto literario.

La especialista Isis Wirth señaló en Danza Ballet:

Siempre he pensado que en Acosta hay algo de misterioso y desconocido, una sustancia inapresable –pese a lo diáfano de su personalidad- que explica su estatura artística. Su autobiografía contribuye a desvelar el misterio, pero en la misma medida lo hace aún más atractivo.”


Foto tomada de Cubadebate.

domingo, 17 de agosto de 2008


LA PALABRA CICLON EN LA BITACORA FAMILIAR.

Mi abuelo llegó a Cuba proveniente de Las Palmas de Gran Canaria a bordo del Valbanera. Se supone que este buque naufragó la noche del 9 al 10 de septiembre de 1919 a la altura de la bahía de La Habana a causa del ciclón tropical que azotaba a la ciudad. La fecha exacta de la tragedia es un misterio. No hubo sobrevivientes.

Perecieron ahogadas 488 personas entre tripulantes y pasajeros, en su mayoría emigrantes canarios.

Mi abuelo, que se llamaba Manuel Sarmiento, había abandonado el Valbanera cuatro días antes en Santiago de Cuba, porque pensaba que este puerto estaba próximo a Los Palos, el destino de su viaje. Cuando le dijeron que esa localidad se ubicaba en el otro extremo de la Isla intentó subir nuevamente al barco pero éste había levantado anclas. Ese episodio le salvó la vida porque el Valbanera ya navegaba hacia su trágico final.

Manuel salió de Gran Canaria huyéndole al servicio militar en el ejército español. Tenía 19 años de edad. Después de un recorrido a pie desde un pueblecito de Mogán hasta el puerto de Las Palmas, subió al buque con la ayuda de un miembro de la tripulación. Venía a reunirse con tres de sus hermanos que habían emigrado a Cuba y trabajaban en la agricultura en la provincia de La Habana.

La travesía en el trasatlántico, el desembarco en Santiago de Cuba, las peripecias que tuvo que realizar, con muy poco dinero en los bolsillos, para reunirse con sus hermanos y como debió laborar de finca en finca, desde el oriente hasta el occidente de la Isla, hasta poder ver a los suyos, constituían su historia preferida. La contó con emoción infinidad de veces a sus amigos y vecinos de Madruga, municipio habanero donde vivió hasta su muerte en 1997. Todo el mundo le decía El Isleño.

En Santiago de Cuba se bajaron del Valbanera 742 pasajeros , entre ellos, un ciudadano español que dejó a bordo a su esposa y su hija con el propósito de viajar en tren hasta La Habana, adelantarse al arribo del barco, comprar una casa en la capital y recibir a su familia con ese paso resuelto. Este hombre se volvió loco y hasta los años cincuenta se le podía ver en el malecón habanero a donde iba, según decía, “a pescar el Valbanera.”

Algunos analistas señalan que cuando el Valbanera abandonó el puerto de Santiago de Cuba el 5 de septiembre de 1919 es probable que el capitán desconociera que se estaba formando un ciclón en el Golfo. Hay que tener en cuenta que en esa época los métodos de predicción meteorológica eran muy rudimentarios.

Varios sitios en internet ofrecen este dato: Los restos del Valbanera reposan en los 24º 33,5´ de latitud Norte y los 82º 28,2´de longitud Oeste, en un banco de arenas movedizas denominado Half Moon Shoal (El Bajo de la Media Luna). Este lugar se encuentra en el Santuario Nacional de los Cayos de Florida, a unas 95 millas al norte de La Habana, 40 millas al oeste de Key West y a unas 5 millas al este del Faro de Rebeca.

Fue así que ciclón se convirtió en una palabra asociada a la llegada de mi abuelo a Cuba y por supuesto a la historia de toda la familia, la de aquí y la de Gran Canaria, donde lloraron por un tiempo al joven Manuel creyendo que había perecido en el naufragio del Valbanera.

sábado, 16 de agosto de 2008


PROHIBIDO ENVEJECER.
Por: Lázaro Sarmiento

La rebeldía contra la realidad de envejecer y la obsesión de las estrellas de Hollywood (no solo allí) por mantenerse inmarchitables constituyen un tema manido y del que muy poco se puede aportar a estas alturas. Sin embargo, no deja de interesar y hasta de conmover con un estilo morboso. En realidad la cuestión del envejecimiento es una angustia casi universal que en algunos casos llega a la fobia.

Le daba vuelta a estos lugares comunes mientras guardaba en su forro el dvd de El crepúsculo de los dioses, o Sunset Boulevard, la película que ahora volvía a disfrutar mientras recordaba que en algún rincón de la casa permanecía Nadie es perfecto, las memorias de Billy Wilder redactadas por Hellmuth Karasek. Este volumen apenas lo había hojeado desde que se lo compré a un librero en la Calzada del Cerro.

Y el libro sacó a relucir a Fedora, la película que Wilder realizó en 1978, es decir, veintiocho años después de Sunset Boulevard. Las protagonistas femeninas de Fedora son Hildegard Knef y Marthe Keller junto a un amplio reparto encabezado por William Holden y en el que aparecen José Ferrer, Michael York y Henry Fonda.

Para el papel de la Fedora vieja inicialmente Wilder quería conseguir a Marlene Dietrich. La legendaria diva lo rechazó groseramente de acuerdo con el adjetivo colocado en las páginas de Nadie es perfecto.

“Probablemente le ofendió que Wilder se atreviera siquiera a ofrecerle el papel de la mujer vieja. Quizá también pensara que la película mostraría demasiado claramente paralelismos con su propia vida, con la relación existente entre ella y su hija María. Y además: ¿acaso no vivía ella (Marlene Dietrich) también retirada de un modo parecido a Fedora, enterrada en vida?”

Karasek recuerda al lector que Fedora “es una película sobre el envejecimiento. Sobre el envejecimiento de Hollywood, donde está prohibido envejecer. Y donde se penaliza con la muerte o con el olvido”.

No he olvidado que vi Fedora en el cine Apolo de la Calzada de 10 de Octubre cuando se exhibió en La Habana. . Creo que nunca más se ha vuelto a proyectar en Cuba.
ecoestadistica.com