Por: Lázaro Sarmiento
Un canal de la Televisión Cubana le dedicó recientemente un programa de 60 minutos a la cantante María Antonieta (Camagüey, 1955)
María Antonieta. Carne de estrella. Baile. Registro vocal que asume diferentes géneros. Piernas poderosas. Y muestrario de gestos y rituales de primera figura. En los inicios de su carrera se vincula al Teatro Musical de La Habana. En el escenario de la calle Consulado se destaca en revistas musicales. Allí la descubre un público ávido por aplaudir a nombres que se relevan de un tiempo a otro.
El rostro y la cabellera felina de María Antonieta quedan enmarcados a fines de la década de 80 en un póster que adorna el entorno de muchos de sus seguidores. A la par, ocupa un lugar entre los referentes del mundo gay cubano junto a otras artistas encabezadas por la histórica Rosita Fornés.
En Madrid, durante una temporada como estrella de varietés, María Antonieta alcanza quizás el momento más alto de su trayectoria rodeada de plumas y lentejuelas. Y en 1994 viaja a Suiza, Alemania y Austria con el elenco del show del cabaret Tropicana.
En la balada y la canción popular proyectaba una imagen escénica diferente, animal de lujo sobre el asfalto, bastante distante a la de otras cantantes de su época. Aun queda algo de esa María Antonieta que parecía una modelo de alta costura, fabricada de neón. Pero, según explicó en televisión, su carrera ha derivado hacia el modesto espectáculo acompañada por un pianista ante las dificultades para explotar sus aristas de vedette. Recordó que la vedette necesita una tropa de bailarines, arreglistas, maquillistas, asistentes, luces, músicos, vestuaristas y también espacio suficiente. Imposible. Ese mundo no esta ahora al alcance de María Antonieta.
Uno de sus colegas comenta que ella pertenece a una especie de artista en extinción.
En los últimos tiempos administra su madurez en el ambiente más íntimo del Gato Tuerto, un café concert del Vedado, sin que la nostalgia la paralice. Interpreta un repertorio que va de lo retro a la transgresión emocional y que incluye temas como Quiero hablar contigo (Carlos Puebla), Cavaste una tumba (Cary del Río), Como una ola (Manuel Alejandro), Días como hoy (Margot Samuel) y Abrázame fuerte. Los últimos títulos evocan a la antigua farándula de La Habana de noche , de la que Marta Strada fue una de sus leyendas.
Para María Antonieta el espectáculo continúa a media luz.
María Antonieta. Carne de estrella. Baile. Registro vocal que asume diferentes géneros. Piernas poderosas. Y muestrario de gestos y rituales de primera figura. En los inicios de su carrera se vincula al Teatro Musical de La Habana. En el escenario de la calle Consulado se destaca en revistas musicales. Allí la descubre un público ávido por aplaudir a nombres que se relevan de un tiempo a otro.
El rostro y la cabellera felina de María Antonieta quedan enmarcados a fines de la década de 80 en un póster que adorna el entorno de muchos de sus seguidores. A la par, ocupa un lugar entre los referentes del mundo gay cubano junto a otras artistas encabezadas por la histórica Rosita Fornés.
En Madrid, durante una temporada como estrella de varietés, María Antonieta alcanza quizás el momento más alto de su trayectoria rodeada de plumas y lentejuelas. Y en 1994 viaja a Suiza, Alemania y Austria con el elenco del show del cabaret Tropicana.
En la balada y la canción popular proyectaba una imagen escénica diferente, animal de lujo sobre el asfalto, bastante distante a la de otras cantantes de su época. Aun queda algo de esa María Antonieta que parecía una modelo de alta costura, fabricada de neón. Pero, según explicó en televisión, su carrera ha derivado hacia el modesto espectáculo acompañada por un pianista ante las dificultades para explotar sus aristas de vedette. Recordó que la vedette necesita una tropa de bailarines, arreglistas, maquillistas, asistentes, luces, músicos, vestuaristas y también espacio suficiente. Imposible. Ese mundo no esta ahora al alcance de María Antonieta.
Uno de sus colegas comenta que ella pertenece a una especie de artista en extinción.
En los últimos tiempos administra su madurez en el ambiente más íntimo del Gato Tuerto, un café concert del Vedado, sin que la nostalgia la paralice. Interpreta un repertorio que va de lo retro a la transgresión emocional y que incluye temas como Quiero hablar contigo (Carlos Puebla), Cavaste una tumba (Cary del Río), Como una ola (Manuel Alejandro), Días como hoy (Margot Samuel) y Abrázame fuerte. Los últimos títulos evocan a la antigua farándula de La Habana de noche , de la que Marta Strada fue una de sus leyendas.
Para María Antonieta el espectáculo continúa a media luz.
Imagen: María Antonieta con el director Lázaro Sarmiento en el año 2006 durante un programa en Radio Ciudad de La Habana.
Bravo querida amiga... Exitos
ResponderEliminarLa veia casi todas las semanas a finales de los 70 en el cabaret /como se llamaba?/...Caribe creo...de Camaguey cantando una cancion que nadie ha interpretado como ella, pienso yo: "Dos Gardenias". La invite a mi mesa una noche y me prometio que triunfaria en La Habana y luego supe, en los 80, cuando la vi en El Orfeo de Oro de Bulgaria, que lo habia hecho.
ResponderEliminarHola, buenas tardes. Este lunes 4 de junio del 2011 pude ver en Arte Habana a Maria Antonieta celebrar sus 57 años. Según pasan los años ella está cada vez mas espléndida. Su voz cada vez es mas fuerte y en el escenario creo que ninguna cantante cubana hace lo que puede hacer ella. Fue fenomenal. Lástima que no podamos verla a menudo por la TV. Mucha suerte para ella en la proxima gira por los Estados Unidos. Que siga brillando así.
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