miércoles, 31 de marzo de 2010

LA HABANA: VIENDO LA VIDA PASAR (I)

Por: Lázaro Sarmiento

Bulevar de San Rafael, esquina de la calle Águila, entre los edificios de las tiendas Indochina (a la derecha) y Fin de Siglo (a la izquierda).

A la sombra de los árboles de la Plaza de Armas, en La Habana Vieja, un mercado de libros hace las delicias de los interesados en títulos raros, viejas ediciones, revistas antiguas y también novedades editoriales difíciles de conseguir en otros lugares de la ciudad.

En la esquina de San Rafael e Industria (la puerta es la del antiguo hotel Royal Palm), este turista introduce en su cámara la imagen de un viejo modelo de automóvil, una cucaracha azul con aliento sicodélico.


Frente a la escalinata del Capitolio pienso en los sueños faraónicos de los políticos cubanos en la década de los años veinte del pasado siglo. Inaugurado el 29 de mayo de 1929, este mastodonte de piedra siempre me ha parecido un decorado de Cecil B. De Mille que un zepelín extraterrestre dejó caer en el corazón de La Habana. Primero, las cámaras de cajón y las tarjetas postales, ahora la fotografía digital, y sobre todo su hegemónica presencia, han hecho del Capitolio uno de los edificios símbolos de la capital.


Fotos: Lázaro Sarmiento, marzo 2010.
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domingo, 28 de marzo de 2010

EL ANTIGUO EROTISMO EN LOS CORREOS DEL MUNDO.

Por: Lázaro Sarmiento

La modelo se llamaba Suzy de Vérines (el nombre está impreso en el borde superior y seguramente era ficticio). Ignoramos si ella sabía que posaba para una tarjeta postal que a través de la Unión Universal de Correos podía mostrar sus encantos en diversos sitios -algunos muy íntimos- de la geografía mundial, en alguna fecha imprecisa de la segunda o tercera década del siglo veinte.

Pero esta tarjeta nunca se envió. Estuvo guardada durante muchísimo tiempo en un cajón de una casa de La Habana hasta que su último dueño la puso a la venta pública y la colocó en un simulacro de mercadillo entre viejas fotos de películas y álbumes de postalitas con estrellas yanquis del beisbol que se jugaba en la época de la Guerra Fría.

Hoy decidí hacerle un pequeño homenaje a esta modelo fotografiada en un estudio de París (la misma ciudad donde, dicen, Marcel Proust se deleitaba en un local de la rue Madrid con modelos de otras protuberancias y pantomima). Más que enviarla como tarjeta postal (que solo sería vista por unos cuantos destinatarios), invité a Suzy Vérines a internet, a unos noventa años de distancia de su gesto voluptuoso disfrazado de inocencia.

La postal llega ahora a todo el planeta para gloria de Suzy. El triunfo de un cuerpo condenado a la decrepitud y la muerte.

ENLACE RELACIONADO:CINE PORNO EN LA REPUBLICA

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viernes, 26 de marzo de 2010

BARRIO CHINO DE LA HABANA: CHOP SUEY.

Leyendo un texto del ensayista Rogelio Rodríguez Coronel me entero que “el arroz frito atribuido en Cuba a la cocina china, y desconocido en el continente asiático, la sopa china, el chop suey son productos ‘californianos’, así como las maripositas y los rollitos primavera, delicias para el placer con su salsa agridulce”.

Es decir, que estos platos constituyen creaciones de los chinos establecidos en California y de allí pasaron a Cuba. Los chinos californianos comenzaron a llegar a la isla a partir de 1860.

El filólogo destaca que estos inmigrantes provenientes de la costa oeste de Estados Unidos representaron "una clase socioeconómica diferente por el capital que trajo consigo desde Norteamérica de la ‘fiebre del oro’; su influencia se puso de relieve inmediatamente por la estimulación de desarrollo de sociedades clánicas, deportivas y culturales, que conformaron el Barrio Chino habanero, espacio donde inicialmente se promovió la reproducción en la isla de los elementos esenciales de la cultura china”.

El texto de Coronel es mucho más abarcador que las citadas referencias culinarias. Se titula El rastro chino en la cultura cubana. Está incluido en el libro Lecturas sucesivas, Ediciones Unión, La Habana, 2008.

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jueves, 25 de marzo de 2010

UN RIO DE RECUERDOS EN PIPIAN.

(ALBUM DE FAMILIA)
Por: Lázaro Sarmiento

La vida empieza a correr/ de un manantial, como un río/ a veces, el cauce sube, / a veces, el cauce sube, y otras se queda vacío. ”Así comienza un poema de Nicolás Guillén perteneciente al libro El son entero. Y muchos años después de que mi vida comenzara a correr regreso a este río, que conocí en la infancia, y cuyo caudal aumenta poderosamente en época de lluvias.

El río está en Pipián, una localidad a siete kilómetros de Madruga, municipio de la provincia La Habana. Una parte de mi familia viene de aquí. El nombre de Pipián aparecía con frecuencia en la década de 1960 en los paródicos y en la televisión pues en este pueblo nació y vivió el ciclista Sergio “Pipián” Martínez, el rey de las carreteras cubanas. El atleta que conoció la gloria deportiva murió en 1979 a consecuencia de un accidente de tránsito.

Yo venía con mi abuela desde La Habana a Pipián, donde residía su madre Rosa. Ella hacia relatos de la Iglesia del pueblo, Nuestra Señora de Lourdes, donde trabajó durante casi toda su vida. Un día me contó que en su lejana juventud había visto a una señora quedarse ciega como castigo por levantarle el vestido a una de las santas de yeso del templo para saber si tenía órganos como todas las mujeres.

Ahora en un viaje en compañía de mi tía Gina dibujo en la memoria algunas cosas que se las tragó para siempre el tiempo, como la brillosa victrola que había en un bar con techo de guano al final de la cuadra donde estaba la casa de mi bisabuela Rosa, o la gasolinera en la entrada, o a la salida, de las tres o cuatro calles que conformaban el pueblo. Y desaparecieron, por suerte, los pisos de tierra blanca que en aquella época tenía la mayoría de las viviendas.

Sin embargo, el paisaje de la primera vez que me bañé en un río sigue siendo el mismo de mi recuerdo.






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domingo, 21 de marzo de 2010

PAPELES SECUNDARIOS, LA PELICULA AUTODESTRUCTIVA.


A pocos creadores los he visto hablar con tanto distanciamiento (¿o debí escribir amargura?) de una obra suya, como a Orlando Rojas sobre Papeles secundarios. Soy de los que aplauden el cuarto lugar que en la selección de los filmes más significativos de los últimos cincuenta años en Cuba, los críticos de cine reunidos en Camagüey en 2009 le otorgaron a esta cinta estrenada en La Habana en 1989. La opinión de Rojas que transcribo más abajo pertenece a la entrevista titulada Yo quiero el guión perfecto, realizada por Oneyda González para su libro Polvo de alas. El guión cinematográfico en Cuba (Editorial Oriente, 2009).


Papeles secundarios fue una película que cerró todos los caminos. Nadie se acercó entonces para proponerme nada. Es una película cerrada en sí misma, autodestructiva. No sé si la gente pensó que terminé ahí, o que si después de ahí no podía hacer nada ya. No porque fuera buena, sino porque era una película hermética. Entonces no abrió puertas a nadie. Ni sirvió como ayuda a mi carrera posterior. Es una película que si la muestro no voy a conseguir presupuesto para otra. Es la primera vez que lo digo: Papeles secundarios es una película que arrastro sobre la espalda con una mezcla fortísima de amor, por ser tan difícil, y de odio, por ser traicionera. Es una película absolutamente complicada, alfo que le sigue pasando tantos años después. Hay gente que a los diez minutos está diciendo que es la peor película, o que es una maravilla. Solo que la gente que ve maravilla, en general no tiene dinero para hacer otra. Es decir, es un mundo cerrado. Es claustrofóbica, y yo he reproducido en la vida real después, la tragedia de Mirtha.”

En la selección citada, los críticos también colocaron a Papeles secundarios en el sexto lugar en guión (Osvaldo Sánchez); segundo lugar en Fotografía (Raúl Pérez Ureta); cuarto lugar en Edición (Nelson Rodríguez); y segundo lugar en dirección artística (Guillermo Mediavilla).

Después de Papeles secundarios, Orlando Rojas realizó en Cuba Las noches de Constantinopla (2001) y antes había filmado en 1985 la célebre Una novia para David.

Una serie de acontecimientos amenazan el destino de Mirtha (Luisa Pérez Nieto) y la autoridad de Rosa (Rosita Fornés). Así la revista cubana Bohemia anunciaba Papeles secundarios en noviembre de 1989.

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