Buena suerte viviendo

Por: Lázaro Sarmiento “Una de la cosas valiosas de La Habana, de las que no se tiene mucha conciencia, es el placer de caminar, porque aquí ...

Por: Lázaro Sarmiento Si ahora mismo tuviera una varita mágica que le devolviera su esplendor original a algunas calles de La Habana comenz...

Por: Lázaro Sarmiento Me gustan las ciudades cuando comienzan a encenderse las luces amarillas, antes de ser envueltas por la noche, y la ge...

Apaguemos todos los blogs Por: Lázaro Sarmiento Este blog se apagará en solidaridad con el planeta. Claro que apagar no es el verbo adecuado...

La Habana: la belleza del conflicto. Por: Lázaro Sarmiento ¿Donde está la belleza de una ciudad? A esta pregunta se puede responder con dive...

Diálogo con las aceras de La Habana. Por: Lázaro Sarmiento Antiguos mensajes dibujados en los pisos de muchas aceras de La Habana han sobre...

El resplandor de las marcas. Por: Lázaro Sarmiento Susan Sontag dijo en una ocasión; “vivimos en la época de las compras”. Es una frase que ...

Sombra siniestra en vidriera de la tienda El Encanto de Miami. Por: Lázaro Sarmiento Donde antes estaba El Encanto, la tienda más elegante d...

LO QUE ME GUSTA DE LOS CEMENTERIOS. Por: Lázaro Sarmiento Del Cementerio Chino de La Habana me atrae la simbología de su vegetación. Del Cem...

Por: Lázaro Sarmiento Esta es la casa de Joaquina Emilia Obeso Delgado, en Consolación del Sur, municipio al oeste de La habana. Quizás se p...

Por: Lázaro Sarmiento El hombre vive en una casa y en su gran mayoría vive en un barrio de una ciudad. Este tema es más trascendental de lo...