martes, 29 de abril de 2008


Las horas del hotel New York (II)
Por: Lázaro Sarmiento


Cuando el hijo del antiguo gerente del hotel New York dijo que pedía mil 500 pesos por aquel reloj de caja -dos metros 21 centímetros de altura, corazón en perfecto estado y sonido diferente cada un cuarto de hora- pensé que estaba bromeando. Con esa cantidad de dinero se podían comprar muy pocas cosas en La Habana de principios del Período Especial y mucho menos un reloj como éste. Tal vez se había equivocado de moneda al pronunciar la cifra y quiso decir mil 500 dólares.

El hombre cuya mujer quizás prefería ingerir langostas plásticas en lugar de las naturales repitió la cantidad en pesos cubanos. Casi tuve un orgasmo de alegría. Disimulé como pude el arrebato y con calculada calma le dije que me parecía bien, que mañana vendría a llevármelo. No, replicó, tiene que ser hoy mismo. Mi mujer me espera en Cojímar.

Unas horas después el reloj viajaba hacia el Vedado en una moto con sidecar. En esa época los chóferes de automóviles y de camionetas de mudanzas pedían cifras increíbles por sus servicios. La moto de un colega sirvió, sin pago alguno, para transportar este mastodonte hasta mi apartamento donde sería mejor acogido. Desde entonces sus sonidos cada quince minutos no han dejado de provocar una suave euforia en los amigos, los fumigadores de mosquitos, los cobradores de la electricidad y los técnicos telefónicos. Y también en los envidiosos.
Yo sigo contando la historia del reloj del New York porque, en realidad, son las palabras las que hacen trascendentes a los objetos. Puede ser que este reloj haya tenido un pasado obsceno en el edificio de la calle Dragones entre Amistad y Águila, en Centro Habana .Como afirmaba Elias Canetti: "Nadie conoce el corazón secreto del reloj".

domingo, 27 de abril de 2008


Las horas del hotel New York


Un reloj de caja de dos metros 21 centímetros que perteneció al hotel New York de la capital cubana marca el tiempo en mi pequeño apartamento del Vedado.

En los inicios de los años 90, alguien me comentó que en el barrio de Santos Suárez estaban vendiendo un “reloj de pie”.

Por esos días ya muchas piedras del muro de Berlín adornaban las repisas de los alemanes. Los barcos mercantes soviéticos habían desaparecido del puerto de La Habana. El campo socialista comenzaba a ser un a lección en los manuales de historia. Cuba perdía mercados generosos. Y la economía de la Isla descendía a niveles de topo.

La gente comenzó a deshacerse de cualquier cosa para obtener alimentos y zapatos y hacer frente a la inflación estratosférica. A tiendas bautizadas con la etiqueta de” casas comisionistas” eran llevados para su venta telescopios, lámparas Tiffany, estatuas de mármol, porcelanas de Meissen, ángeles de cementerios, cubiertos de plata, cristales de Gallé, mosaicos de escaleras y también mucha porquería como elefantes indochinos de yeso, jicoteas disecadas y enanos gorditos de falso biscuit.

Objetos que habían sido guardadas durante generaciones enteras de familias fueron cambiados por latas de leche condensada, zapatillas o radio grabadoras fabricadas en los mercados asiáticos. Las personas ahorradoras de toda la vida, o las que recibían remesas de Miami, o los ricos de última hora, pudieron adquirir verdaderas gangas.

En ese ambiente surrealista de compra y venta y motivado por el morbo me fui hasta las calles Paz y Santa Emilia para echarle un vistazo al reloj. No tenía ninguna esperanza de comprarlo pues, pensaba, mi sueldo de guionista y director de programas en una estación de radio no me permitiría asumir la alta cifra que, con toda seguridad, pedían.

El dueño del reloj era un carpintero amable que no llegaba a los cuarenta años. El reloj era el único mueble que quedaba en aquella casa pues él y su esposa vivían en Cojímar, uno de los escenarios favoritos de Hemingway.

El carpintero dijo que vendía el reloj porque a su mujer no le gustaban las cosas antiguas y se inclinaba por los adornos modernos. Como era un hombre muy enamorado de su mujer, me confesó como una gracia que ella prefería oler flores plásticas y llenar con cuadros diminutos las paredes de su casa, ubicada a unos pasos del famoso restaurante La Terraza de Cojímar. Imaginé que la señora también prefería ingerir langostas artificiales en lugar de las hervidas que le servían al autor de “El viejo y el mar”.

Luego entramos en el tema que me trajo a esta vivienda de dos plantas, construida en la tercera década del siglo veinte cuando algunas familias acomodadas se asentaron en Santos Suárez y la Víbora. El reloj lo heredó del padre que había sido gerente del hotel New York. Pero los negocios comenzaron a funcionarle mal y en 1949 - creo haber escuchado esa fecha- papá quedó fuera del ambiente hotelero. Del edificio donde está el New York consiguió sacar el reloj que ahora estaba abandonado en el pequeño palacete deshabitado y venido a menos.

La sobriedad y líneas del reloj tenían que ver con el estilo minimalista que tanto me atrae. Además me gustaba por encima de cualquier consideración estética. Ya en mi primera mirada había sentido una emoción deliciosa acompañada del susto impreciso de las cosas que se nos pueden escapar.

Sospeché que el lujo de detalles que el carpintero ponía en su historia guardaba una proporción directa con el precio de venta que fijaría. En el país el sueldo promedio andaba por los trescientos y pico pesos. Un pan de 80 gramos costaba 5 pesos en la bolsa negra. Un dólar en el mercado informal se cotizaba en alrededor de 100 pesos. La gente quería solo dólares y yo tenía muy pocos pesos.
(Contiunuará)

martes, 22 de abril de 2008

LA CASA AFORTUNADA DE CONSOLACION DEL SUR


Por:Lázaro Sarmiento



Esta es la casa de Joaquina Emilia Obeso Delgado, en Consolación del Sur, municipio al oeste de La habana. Quizás se parezca a otras muchas viviendas de los pueblos de Cuba, con portal para mitigar el calor y el sol, jardines con árboles recortados y jazmín de noche. Habitaciones frescas y amplias y tal vez una vida invisible inquietante. Pero a diferencia de muchas otras, esta casa ha resistido con éxito las miserias del tiempo.

La edificación estuvo nominada al Premio Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos 2008. Fue construida en 1951 por el esposo de su actual propietaria, arquitecto e hijo del Dr. Antonio Ferrer Cruz, insigne personalidad de la cultura de esa localidad de la provincia de Pinar del Río.

“De influencia neoclásica tardía tiene un alto grado de conservación, que se manifiesta en el zócalo exterior de la fachada, en toda la ornamentación, en su exquisita carpintería y herrería, al igual que en el diseño original de su patio y áreas verdes.” Además, mantiene un valioso mobiliario interior en perfecto estado.

Esta vivienda afortunada de Consolación del Sur me recuerda algunas casas que yo observaba desde el ómnibus cuando íbamos a visitar a mi familia del campo y la Carretera Central atravesaba los pueblos con su vida dormida al mediodía y el olor a melao desde el ingenio , y los cochinos del abuelo cerca de la línea del tren , y el Café del Paradero que entonces parecía inmenso con su gasolinera , sus sándwiches y la fotografía en blanco y negro del Hanabanilla detrás del mostrador . Y los primos queriendo venir a La Habana, y la amiga solterona de mi tía exclamando “¡Ave María, como ha crecido este niño ¡”

Los recuerdos crecen hoy frente a la casa de Joaquina.

miércoles, 16 de abril de 2008

RITA MONTANER: summum de cubanía.


Por: Lázaro Sarmiento

El legado de Rita Montaner ha tenido la suerte de contar con magníficas crónicas, testimonios, cronologías, documentales y biografías. Con inusual unanimidad el público y los artistas coinciden en calificar a Rita como la Única. Es un adjetivo que no discuten incluso los que estaban fuera de la simpatía de esta cantante y actriz que nació en Guanabacoa el 20 de agosto de 1900 y murió en La Habana el 17 de abril de 1958.

En la bibliografía sobre la artista disfrutaron de una amplia repercusión en las últimas tres décadas: Claves por Rita Montaner, ensayo-poema de Miguel Barnet (1977); Rita La única, compilación de Aldo Martínez Malo (1988), y Rita Montaner: Testimonio de una época (1997), de Ramón Fajardo Estrada. Este último título constituye un formidable, y quizás insuperable, libro que le valió a su autor el Premio Casa de las Américas en el género testimonio. Sobresalen también los documentales Rita, de Oscar Valdés (1980), y Con todo mi amor, Rita (2000) de Rebeca Chávez.

El sello EGREM de Cuba publica en 1971 un disco de larga duración con grabaciones de Rita Montaner. En las notas, el musicólogo Odilio Urfé destaca: “Este disco, salvando las inevitables deficiencias que caracterizan a las viejas grabaciones en lo meramente técnico, viene a llenar un gran vacío en el conocimiento que las nuevas generaciones deben tener de una artista consagrada por el pueblo”.

En 1983, en un artículo titulado Rita Montaner: un desafío al olvido, publicado en el periódico Granma, Miguel Barnet apunta que el disco no ha sido leal a la maravillosa intérprete de El manisero y Oguere. Y seguidamente hace una observación especulativa: “Rita Montaner no poseía cualidades adecuadas al disco o sus grabaciones eran de poca calidad”

El autor de El cimarrón sugería abstraerse de cómo se escucha la voz de Rita en las grabaciones e invitaba a sus lectores a preservar “intacto el recuerdo de una de las artistas más creadoras que hayamos tenido”.

LOS VIEJOS DISCOS DE LA MONTANER

Recientemente el poeta Sigfredo Ariel se refirió al tema de la voz de Rita Montaner en los discos y grabaciones para estaciones de radio y que él ha escuchado con una percepción atenta y comprensiva, como narra en el artículo ¿Quién es, por ejemplo, Rita Montaner? (Extramuros, 2007)

Sobre las grabaciones realizadas por Rita Montaner en Nueva York entre 1927 y 1929 para Columbia, Ariel anota que en las audiciones de estas placas, “el timbre de su voz no resulta especialmente grato”. Menciona que en el rescate de otros registros fonográficos aún más antiguos que los de la Montaner, como los de Bessie Smith y Carlos Gardel, “el resultado final nunca es extraordinario”.

“Esa, señores, la de las grabaciones, es Rita Montaner y cantaba así. Así se hizo aplaudir en el París de 1929, se fue con el Wonder Bar de Al Jolson por los estados de la Unión, y deslumbró a los habaneros en los escenarios de zarzuela de la década del treinta. Acostumbrémonos a esta idea de una vez”.

Sigfredo Ariel añade en relación con las antiguas placas de la Montaner: “Es posible que los procedimientos contemporáneos de restauración y remasterización se encuentren muy distantes en el interés de las casas distribuidoras de discos para ser aplicados a las rumbas hamponas, los boleros, criollas, tangos-congos, guarachas, revesinas y pregones que Rita grabó. Es preciso escucharlos tal como se conservan en los duros surcos de los discos de 78 revoluciones. No hay otro remedio”.

Rita Montaner no fue solamente una voz en los discos. Las claves de su dimensión artística refulgieron más allá de las grabaciones. “Rita fue la artista más representativa que ha tenido Cuba, en quien todo el ardor del trópico, la gracia criolla, la belleza muy poco igualada, una voz afinada y dulce, una elegancia de expresión, y una popularidad enorme, la hacían verdaderamente merecedora del nombre que le dio el pueblo: la Única.” (Renée Méndez Capote. La Gaceta de Cuba, 1981)

Nicolás de Guillén proclamaba que esta mujer era Rita de Cuba “porque su arte expresa hasta el hondón humano lo verdaderamente nuestro. La Única, pues solo ella, y nadie más, ha hecho del solar habanero, de la calle cubana, una categoría universal”.

Rita Montaner fue summum de cubanía.

lunes, 7 de abril de 2008

ARTEHABANA EN LUGAR DE TRAJES PARA HOMBRES

Por: Lázaro Sarmiento


Novedades masculinas. J Vallés. San Rafael e Industria, en el corazón comercial de La Habana. Figuraba entre las tiendas más conocidas de Cuba. El establecimiento tiene en la actualidad una función muy distinta de la que ofrecía cuando fue intervenido por el Gobierno Revolucionario en la década del 60 del pasado siglo. Ahora es Artehabana, plaza cultural.


Su esplendor de hoy se debe a las inversiones que recibió durante la remodelación del bulevar de San Rafael en el año 2004. El resto fue imaginación y buen diseño. La famosa tienda de ropa y sastre a la medida, que había languidecido durante el Período Especial, pasó a ser un centro de promoción cultural.

Aquí se pueden adquirir discos, equipos de audio, instrumentos musicales ,pinturas ,artesanía y libros. Las instalaciones sirven de escenario a conversatorios y peñas, así como a la presentación de trovadores, solistas y grupos musicales de pequeño formato. Artehabana ha logrado mantener una programación artística estable y conquistar al caluroso público de las tardes habaneras.

El antiguo edificio de los Almacenes J. Vallés y Compañía, fundada en 1876, ha corrido mejor suerte que otros inmuebles del bulevar de San Rafael, como el hotel Bristol, los cines Duplex y Rex y la tienda por departamento Fin de Siglo. El propietario principal de esta última, el médico Amado Gabriel Lavín, era también el dueño de J. Vallés. Poseía, además, la conocida embotelladora de agua mineral marca Copey.

Artehabana constituye una muestra del moderno brillo y la renovada función social que pueden adquirir determinados edificios que perdieron su original realce. El Duplex y el Rex merecen un destino similar al de los trajes masculinos a la medi

domingo, 6 de abril de 2008

LA FARANDULA PASA: Los 100 años de Bette Davis.

Por: Lázaro Sarmiento

La actriz Bette Davis hubiera cumplido ya 100 años. Nació como Ruth Elizabeth Davis el 5 de abril de 1908, en Lowell, Nueva Inglaterra, Massachussets. Murió el 6 de octubre de 1989, en Neuilly-sur-Seine, Francia .En su tumba figura este epitafio: “Ella lo hizo de un modo duro”.

Bette Davis fue una de las reinas de Cine del Hogar, espacio de la televisión cubana que se nutría del amplio fondo de películas norteamericanas que existía en este país. Recuerdo La solterona, La Loba, La gran mentira, La extraña pasajera y ¿Qué fue de Baby Jane? Esta última cinta de 1962 – donde se bate en duelo legendario con Joan Crawford- la vi mucho tiempo después de realizada en uno de los cines del barrio de Santos Suárez, tal vez en Los Ángeles o el Santa Catalina. En esa época ir a una sala cinematográfica todavía era un acontecimiento frecuente en nuestras vidas y uno buscaba cada jueves en los periódicos los estrenos de la semana.


Luego disfruté Muerte en el Nilo (1978) y Las ballenas de agosto (1987). ¿Acaso hay que apuntar que en esta cinta Bette Davis actúa junto a Lillian Gish? En septiembre de 1989 recibe el homenaje del Festival de San Sebastián. Tenía ya el cuerpo muy frágil pero mantenía inderrotable su aliento de estrella. Fue su última aparición pública. Murió unos días después. Al divulgar la noticia The New York Times la definió con estas palabras: “Bette Davis no se parecía a nadie; andaba como nadie y nadie hablaba como ella”.

Warner Home Video acaba de sacar al mercado The Bette Davis Collection Volume 3, que contiene seis de sus mejores melodramas producidos durante la gran época de oro cuando la actriz reinaba en los estudios Warner Bros.

Este aniversario de Bette Davis me advierte que el tiempo continúa alejándo los recuerdos.

sábado, 5 de abril de 2008

LA HABANA 1967: SILVIO RODRIGUEZ DEBUTA EN MUSICA Y ESTRELLAS

Por: Lázaro Sarmiento

El 13 de junio de 1967, en uno de los estudios de televisión del edificio Focsa en La Habana inició su carrera artística el trovador Silvio Rodríguez. Desmovilizado la víspera del Servicio Militar Obligatorio, Silvio debutó en la sección “Caras Nuevas” del programa Música y estrellas, dirigido por Manolo Rifat.


“Tres meses después, ya trabajando de manera fija para la TV, Silvio comenzó a hacer el programa Mientras tanto, una emisión semanal de treinta minutos de duración dirigida por Eduardo Moya y escrita por Víctor Casaus…Aquel programa – en las condiciones técnicas de nuestra TV a la altura del año 67- fue una pequeña hazaña, a la que el trovador aportó, además de sus canciones, la simpatía de su figura juvenil y aquel ángel de que le hablara el productor de marras”.

(Casaus, Víctor y Luis Rogelio Nogueras. Silvio: que levante la mano la guitarra. La Habana, Letras Cubanas, 1984)

“Yo siempre he dicho que a mí me asombró mucho, porque los programas de televisión eran el de Rosita Fornés, el de Ramón Veloz, el de Esther Borja, figuras muy hechas. Tú te das cuenta de que eran superestrellas de la televisión cubana y del mundo musical cubano. No eran muchachos acabados de salir del Servicio Militar Obligatorio como yo.

“A mi me daba un poco de vergüenza asumir eso, pero en ese momento también el ICR estaba tratando de hacer cosas nuevas .A pesar de lo que se suele contar, de que eran épocas de percusión y todo eso, junto con las percusiones había una apertura. Por ejemplo, estaban entrando en el ICR montones de personas, se estaban haciendo programas nuevos, hechos por gente que no eran tradicionales de la televisión, sino jóvenes a quienes se les estaban dando oportunidades.”

(Silvio Rodríguez, entrevista) Castellanos, Ernesto Juan .John Lennon en La Habana. La Habana, Ediciones Unión, 2005.


“Este es el caso de figuras como Humberto García Espinosa, Eduardo Moya, Loly Buján, y otros compañeros más, egresados de la Escuela de Periodismo de la Universidad de La Habana, y de un posterior Curso de Directores y Escritores de Radio y Televisión convocado por el Departamento de Orientación Revolucionaria en coordinación con el ICR, y que crearon un grupo de programas novedosos para el momento como Teatro testimonio, El cuento, Mientras tanto, entre otros”. (Díaz Pérez, Clara. Sobre la guitarra, la voz. La Habana, Letras Cubanas, 1984)

Cada cual tiene su propia parcela de nostalgia.

miércoles, 2 de abril de 2008

LA RADIO Y SUS SIETE VIDAS ¿CÓMO SERÁ LA PRÓXIMA?

Por Lázaro Sarmiento

Ahora mismo, en las fronteras del Sistema Solar, una nave espacial lleva a bordo un conjunto de grabaciones de nuestro planeta: el canto de las ballenas, una partitura de Mozart, la música de los Beatles, el llanto de un bebé... Si mañana los extraterrestres hicieran contacto con esa embajada tecnológica tendrían en sus manos, antenitas o ventosas, algo muy parecido a un programa de radio.

Entre tanto, cada noche astrónomos en diferentes radiotelescopios de la Tierra tienen la esperanza de escuchar mensajes originados en lejanos puntos de la galaxia. Esperan esas señales con la misma emoción con la que nuestros abuelos aguardaban las voces de novela de María Valero, Carlos Badías y Xiomara Fernández.

La radio tiene siete vidas como los gatos. Lo demostró cuando en la vida cotidiana de la gente aparecieron la televisión, el video casero, los discos compactos, el DVD, las computadoras, Internet y los archivos MP3.La radio ha tenido suficiente astucia para adaptarse al vértigo de montaña rusa de las nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Encontró una convivencia que le ha garantizado hasta ahora una respetable cuota de poder mediático.

Desde el surgimiento de Internet Talk Radio en 1993, las radios online se multiplican por miles. Avanza la digitalización y algunos países han fijado la fecha para el fin de las transmisiones analógicas. En el baile participan los satélites con sus estaciones a la carta y los podcasting que superan el número de estaciones de radio de todo el planeta.n el baile participan los satélites con sus estaciones a la carta y los podcasting que superan el número de estaciones de radio de todo el planeta. Y, en los últimos tiempos, los iPod pasaron a formar parte del estilo de vida de los jóvenes e influyeron en su relación con la radio.

A la par, una buena parte del mundo permanece al margen, o retrasado, de muchos de los beneficios que reportan estas tecnologías. La humilde pero eficaz radio comunitaria, acosada en ocasiones por grandes cadenas comerciales, aún tiene por delante una tarea valiosa. También la radio tradicional con sus formatos de toda la vida seguirá siendo por largo tiempo un medio buscado por cientos de millones de personas.

EL ABRAZO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

El creciente número de cubanos que maneja una considerable cantidad de información los convierte en oyentes más exigentes. La experiencia con medios digitales influye en la manera en que las jóvenes audiencias se relacionan con la radio. Si hablamos de nuevas formas en la radio cubana, suponemos que éstas tienen que tener en cuenta al destinatario familiarizado con las Tecnologías de la Informática y las Comunicaciones a través de escuelas, universidades, clubes de Computación y centros culturales, científicos y de salud.

Ya hay canciones que se hacen populares sin llegar a los programas de radio. La gente dice “este tema musical está sonando por ahí”, y este modesto adverbio de lugar abarca toda una gama de canales: desde la bocina del vecino, los amplificadores de la discoteca, las reproductoras de los vehículos y los minúsculos auriculares de los iPod.

El acceso a equipos de audio y video y formatos multimedia permite una independencia de la radio y la televisión imposible de imaginar hace diez, quince o veinte años. Estas ventajas para un significativo número de personas representan un desafío para creadores y ejecutivos de la radio y establecen las reglas para una competencia que puede traer beneficios para los oyentes.

Los especialistas son claros: “Las innovaciones han dado paso a nuevos formatos mediáticos con nuevos modelos de difusión, consumo y uso de información. Las demarcaciones tradicionales entre público e instituciones mediáticas se entrecruzan”.


LO APARENTEMENTE SENCILLO

Para mantener el ritmo de la vida en las estaciones de radio cubanas hay que continuar rediseñando esquemas de programación, dinamitar conceptos dinosauricos y profundizar en la diferenciación de de perfiles.

Poner el acento cuando sea necesario en la especialización temática.

Analizar cómo la experiencia compartida por medios digitales influye en lo que sabemos y en la manera de cómo lo sabemos.

Convertir los destinatarios pasivos en oyentes activos. Aumentar los espacios de participación con multiplicidad de criterios.

Mejorar la calidad y recepción de la información.

Utilizar el espíritu competitivo para estimular la creación.

Dejar de sobrevalorar el dato referido al número de temas transmitidos y campañas desarrolladas, y valorar el grado de recepción de los mensajes para no correr el riesgo de hacer una radio al gusto de realizadores y programadores.

Olvidarse de ciertas camisas de fuerza y permitir que los géneros se mezclen. Diseñar formatos más dinámicos y entretenidos.

Elaborar una estrategia musical coherente y eficaz, respetuosa con el gusto paro audaz en la intencionalidad.

Y, sobre todo, conquistar una mayor cantidad de jóvenes a través de formatos y contenidos que los representen en su diversidad y expectativas.

CUMBRES BORRASCOSAS

La radio cubana tiene otro desafío que engloba a los ya citados: que el ritmo de la vida no se quede en la frase retórica. Hacen falta más programas de música especializada y variada, de ciencia, tecnología y medioambiente, y que abordan nuestros deberes como ciudadanos de una pequeña comunidad, un país y un planeta.

En la radio cubana no existen dramas radiofónicos con jovencitas pobres soñando con el Príncipe azul de melena rubia que las suban a un Ferrari. Tampoco encontramos la fórmula extendida en las estaciones de más de medio mundo de “música-noticias-tandas comerciales”. No abundan las tertulias basadas en los latidos más frívolos del corazón y las noticias ligth.

Y no caigamos en la trampa de la nostalgia. Difícilmente vuelvan a producirse las audiencias de Cumbres Borrascosas, El Derecho de nacer o Nocturno. Los códigos son otros. Ahora los jóvenes oyen las radionovelas con un mundo de referencias diferentes. Los niños de hoy ya no escuchan los cuentos de “Había una vez” como se contaban hace tres décadas. Su percepción cambió.

EL FUTURO

Mientras en otras esquinas del planeta se piensa en públicos robotizados, en Cuba se busca audiencias a las que la radio proporcione herramientas para disfrutar mejor una obra de teatro, una película o comprender el origen de las especies. Pudiera ser que este empeño genere un perfil de oyente cada día con menos tiempo para escuchar la radio. Si es así, habrá valido la pena. Y si en otros lugares del Universo seres extraterrestres monitorean las transmisiones de la Tierra, sería deseable que no fuera el comercial de una MacDonald ‘s el sonido que captaran sus radiotelescopios. Hay que apostar por el mensaje inteligente.

(Versión de la ponencia La radio y sus 7 vidas presentada en el 30 Festival Nacional de la Radio Cubana. Santiago de Cuba.28.03.08) Foto de arriba: Alfredo Zamora (director de programas) y Leonel Bacallao (realizador de sonido). Radio Enciclopedia, La Habana.
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